El violín y sus falsificaciones

Algunas piezas clásicas del siglo XVIII alcanzan cotizaciones de 135 millones de pesetas
JORDI CERVELLÓ/ CATERINA AUTUORI - Barcelona - 02/12/1984 EL PAÍS
El violín es un instrumento singular. Perfecto desde su origen, apenas ha experimentado cambios estructurales en sus casi cinco siglos de existencia. Ha sido un elemento decisivo en el desarrollo de la música occidental y es, sin duda, el instrumento sobre el que más se ha escrito, polemizado e investigado. Falsificaciones de categoría.
Desde siempre, todo objeto apto para hacer ganar dinero ha sido un buen campo de actividad para los falsificadores y estafadores. Se ha falsificado pintura, escultura, antigüedades, manuscritos y muebles ¿Por qué iba a ser el violín una excepción?
La falsificación de violines es antigua y se presenta en varias formas. En primer lugar, la que propiciaron involuntariamente los luthiers de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, que no se preocuparon en crear un modelo propio e imitaron muy de cerca los modelos de los grandes maestros. Siendo, como eran, excelentes artesanos, lograron copias muy perfectas. Cuando los productos de la lutheria clásica empezaron a ser buscados y pagados a altos precios, a más de un vendedor sin escrúpulos se le ocurrió la idea de rebautizar las copias, sustituyendo la etiqueta original por otra auténtica o falsificada del maestro imitado.


Violín Garnieri, del libro de G. Hart


Existen también copias construidas por encargo, sin que el autor supiese su destino; las reelaboraciones de instrumentos realizadas juntando elementos heterogéneos, y, por fin, los instrumentos falsificados a propósito y vendidos como auténticos. Esta clase de falsificaciones, que requieren un completo conocimiento del arte de la lutheria, han sido practicadas por expertos luthiers y en muchos casos son muy difíciles de descubrir. Sólo un luthier que sea además un hábil reparador -condición que requiere largos años de aprendizaje- y por cuyas manos hayan pasado no pocas decenas de instrumentos, está suficientemente familiarizado con las distintas técnicas de construcción como para poder dictaminar si un instrumento es o no auténtico.
Se ha llegado a un nivel tan alto de confusión que, entre todos los violines existentes en la actualidad en, por ejemplo, Barcelona, no más de un 25% llega a ser auténtico. En el extranjero, las ventas fraudulentas han sido denunciadas a la justicia por el comprador estafado, en España, que se sepa, ninguna de estas ventas ha llegado a los juzgados.

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