Por Celia Vázquez y Manolo Cuevas
Il restauro degli strumenti musicali, come tutta la storia del
restauro, è stato segnato da numerosi cambiamenti di opinione, ripensamenti e
radicali rivoluzioni che hanno modificato profondamente, nel tempo, i concetti,
la filosofia e, naturalmente, le tecniche di restauro[i].
Para hablar sobre la reparación de instrumentos
musicales de cuerda frotada nos apoyaremos en lo expresado por Sebastián
Ribes: Las reparaciones se hacen
básicamente por tres razonez: para arreglar un daño; para agregar madera donde
no hay suficiente o la madera original se ha debilitado; para mejorar el sonido
del instrumento.
Además de las reparaciones, existe un proceso
que se llama restauración, que
implica varias reparaciones en un solo instrumento con el fin de devolverlo a
sus condiciones óptimas, manteniendo el estilo de quien lo construyó[ii]. La
palabra en italiano para restauración es restauro.
En el idioma español lo correcto es decir restaurar y restauración, conjugados
en modo indicativo: yo restauré, nosotros restauraremos.
Violín con el brazo roto |
Henry Strobel[iii]
señala que: los trabajos de reparación se dividen en dos clases principales.
1.- Reparación de daños: corrección de los daños
causados por accidentes o por el medio ambiente, a la estructura o acabado de
un instrumento (roturas, grietas, arañazos).
2.- Ajuste: corrección de todo lo que afecta al
tono o ejecución; ya sea un defecto original o causado por la edad, el uso,
negligencia, ineptitud o una reparación (sustitución o modificación de puente,
puntal, diapasón, barra armónica). Renovación de piezas, cuerdas, pelo del
arco, clavijas.
Fracturas en la tapa del violín |
Al laudero o luthier le tocan como trabajos varios tipos de ajustes, adaptación
de puentes, colocación de puntales o almas, cambios de clavijas y reencintados.
Roberto Alton comenta: aunque a primera vista estos ajustes puedan parecer
cuestiones sencillas, se necesitará de una buena dosis de experiencia y
conocimientos antes de poder realizarlos satisfactoriamente, dejando al violín
en condiciones de dar su mejor rendimiento[iv].
Madera sin barniz y talón desprendido del mango |
ƒ Reparación de los orificios y costados del
clavijero,
ƒ Volutas rotas, volutas astilladas,
ƒ Reajuste del brazo,
ƒ Reparación de grietas y rajaduras,
ƒ Restauración de puntas y bordes,
ƒ Cambio y ajuste del diapasón
ƒ Reparacion del talón
Tapa de chelo rota |
Ribes indica: Los viejos instrumentos pueden dar
la impresión de encontrarse en óptimas condiciones de salud, pero seguramente
te sorprenderías si supieras todas las reparaciones que han sufrido la mayor
parte de ellos. Esto se debe, en gran medida, a que la mayor parte de las
reparaciones se realizan en el interior del instrumento, y se necesita un ojo
entrenado para localizarlas desde el exterior, pues una buena parte del trabajo
está dedicado a camuflarlas.
Henry Strobel piensa que “El luthier restaurador
debe conocer los detalles de construcción y de los principios funcionales de lo
que trabaja… Él debe ser un oyente crítico... Y necesita de la habilidad y la
experiencia de haber trabajado en muchos instrumentos”.
Arco fracturado |
Las reparaciones y restauraciones también pueden
ser clasificadas de acuerdo a la elegancia artística o mera corrección
funcional. Sólo el trabajo del más alto nivel artístico y la habilidad son
apropiados en instrumentos de calidad. La mano de obra funcionalmente correcta
para reparaciones puede ser aceptable en los instrumentos producidos
masivamente para escolares o principiantes. El estudiante necesita
especialmente buena resonancia, un instrumento asequible y fácil de tocar.
En palabras de Strobel, algunas de las reglas de
reparación para un laudero: Evite la eliminación o desaparición de la madera
original. En el instrumento de valor histórico no se deben hacer cambios
irreversibles en el registro sonoro. En opinión de Strobel “Aunque el valor del
mercado y el valor musical no están directamente relacionados, en el taller del
luthier o laudero se trata de mantener lo primero y optimizar lo último”.
Mientras que un distribuidor hace lo contrario. Una reparación inepta y una
valoración errónea son reprobables. El conocimiento de nuestros propios límites
es la primera regla.
Diapasón y cejilla desprendidas |
Sobre esto mismo opina Pinto Comas: una rajadura
mal arreglada arruinará no sólo el aspecto del violín, sino que puede
comprometer seriamente su sonoridad; es mejor no hacer nada que hacerlo mal,
pues la mayoría de las veces una mala intervención no sólo desacredita la
profesionalidad del luthier o laudero que la ha efectuado sino que imposibilita
a otro maestro el poder deshacer el entuerto[v].
No podiamos estar más de acuerdo con ambas
apreciaciones, un laudero experimentado sabe su deber de actuar con ética y
profesionalismo, puesto que están en
juego su nombre y su prestigio. Ahora bien, también queremos hacer notar que un
buen constructor no simpre ni necesariamente es un buen reparador; la
reparación requiere de visualizar lo que es preciso hacer antes de meter mano
al instrumento musical, y con ello se necesita una buena técnica en el manejo
de las herramientas.
Violonchelo con brazo roto |
[i] “Il restauro degli strumenti musicali”, Francesco Spada.
Inforestauro.org/restauro-strumenti-musicali. “La restauración de instrumentos
musicales, al igual que toda la historia de la restauración, estuvo marcado por
muchos cambios de opinión, reflexión y revoluciones radicales que han cambiado
radicalmente con el tiempo, los conceptos, la filosofía y, por supuesto, las
técnicas de restauración”.
[ii]
“Violín,
viola y violonchelo. Un manual para su mantenimiento y cuidado.” Sebastián
Ribes. Coneculta. Año 2007.
[iii] “Useful measurements for violin makers. A reference for shop use.”
Henry Strobel. 4º Edition. USA, 1988.